1.20.2010

A VUELTAS CON LA REFORMA EDUCATIVA

Para mí sería muy fácil hacer una entrada diciendo que el Partido Popular no tiene verguenza de iniciar una negoción con el PSOE para un gran pacto educativo y en mitad de la misma hacer una rueda de prensa contando sus puntos irrenunciables sobre el tema. Eso no es negociar, señores de la derecha, eso no es voluntad de pacto, eso es aprovechar la situación para darle otra puñalada al Gobierno.

También podría decir que no es de recibo que salga el líder (de momento) del PP a ningunear al Presidente del Gobierno de España, diciendo que con el Ministro Gabilondo si se puede negociar, pero que Zapatero no se meta, en fin, podría decir tantas cosas, que no las voy a decir.

Yo estudié la E.G.B. y desde entonces ha habido una Reforma Educativa detrás de otra, siempre con el afán de mejorar lo anterior y siempre con dudosos resultados, y es, en mi humilde opinión no fallan los planes educativos, no fallan los profesores, los libros o los contenidos de los mismos, lo que fallan son los padres en general y algunos de ellos en particular.

En mis tiempos, si suspendias algo (yo no lo se por experiencia porque jamás suspendí nada salvo religión por atea), si te presentabas en casa con un suspenso, te dabas por muerto, según fuera tu padre la reacción podía ser un par de bofetadas, un castigo ejemplar, una bronca... lo que jamás sucedía es que tu padre o madre fueran a hablar con el profesor para quejarse y mucho menos para agredirle por haber suspendido a su animalito.

En mis tiempos, como un profesor te llamara la atención te cuadrabas y si te pasabas de la raya y te daba una nota para tus padres, entonces te dabas por muerto.

En mis tiempos existía la cultura del esfuerzo, nuestros mayores habían trabajado mucho, solo unos pocos tuvieron la posibilidad de estudiar y eso hacía que se valoraran los estudios como algo sagrado, desde pequeño uno pensaba que si estudiaba, se aplicaba, se esforzaba, tendría una carrera, un buen puesto de trabajo y una buena vida, pero después vino Mario Conde y la cultura del pelotazo, vinieron los padres yupies y permisivos, los hijos de la llave en el cuello, la falta de abuelos en las casas, el dinero fácil, los caprichos y poco a poco, generación a generación se perdieron los valores.

Ahora hay fiestas para ver qué chaval tiene más suspensos, compañeros de mi hija que suspenden muchas tienen enormes regalos en Navidad, grandes pagas, horario libre para volver a casa... y todo esto sin tener que sudar. Es foto normal en cualquier restaurante los niños corriendo y gritando, molestando a camareros y clientes y los padres muy tranquilos en su mesa, ¿para qué tiene hijos la gente si no quiere perder tiempo y esfuerzo en educarlos? pues porque hay que tenerlos, igual que se tiene un coche o una hipoteca.

No carguemos las tintas sobre las normas educativas, ni sobre los docentes, no, mirémonos cada uno nuestras culpas y llegaremos a la conclusión de que en este país no hace falta un gran pacto para la educación, hace falta simplemente EDUCACION.

2 comentarios:

  1. Qué gran entrada y cuanta sabiduría condensada, me quito el sombrero!

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo en que los padres, o la familia en primer lugar y la sociedad que nos absorbe en segundo tienen mucha culpa de lo que pasa en la educación. (véase lo de la generación ni-ni)
    Pero no hay que quitar culpa a los gobernantes (a todos) que han permitido muchas cosas a cambio, unas veces por un puñado de votos, otras por el típico apoyo de partido independentista y así no va.

    ResponderEliminar