Ayer, el ínclito Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, al que algunos apodan Faraón, otros Napoleón y muchos cambian su primer apellido por Ruin, acudió al programa de Televisión española 59” y no pudo evitar que emergieran sus verdaderos anhelos.
Ante la pregunta de si se veía como sustituto de Mariano Rajoy, para negar la mayor se le escapó la menor, contestó que a día de hoy su lugar, “es claramente o en el Parlamento o en las instituciones, y no en lo que es la parte interna dentro del partido”.
Esto que parece una afirmación de lo más inocente lleva implícita una tragedia para los madrileños y madrileñas, los planes de su actual Alcalde no incluyen preocuparse por ellos, si no lanzar su renombrada figura a otros destinos en lo universal.
Esto que podría ser el legítimo deseo de un político de prosperar en su carrera, esconde una trampa mortal para la ciudad de Madrid y un regalo envenenado que acabará de hundir a la capital de España.
Los planes del Señor Gallardón pasan por irse al Parlamento en el año 2012, pero antes tendrá que pagar el tributo a sus jefes de Génova, presentándose nuevamente a la Alcaldía de Madrid en el 2011.
Como ellos dan por ganada la capital, el Gran Impostor, primo hermano de Duran i Lleida, abandonaría su cargo de Alcalde de Madrid unos meses después de haber sido elegido para ser Diputado Nacional y dejaría en su lugar a la señora Botella…
Si, habéis oído bien, aunque los madrileños y madrileñas voten a Gallardón, la que acabará siendo Alcaldesa de Madrid es la señora de Aznar, Ana Botella, esa de las peras y las manzanas, esa que sale en la foto de la boda de su hija en El Escorial a cargo de las arcas públicas con toda la trama Gürtel, el bigotes, Correa y compañía.
En fin, quizás haya algo peor en la vida que tener de Alcaldesa de la capital de España a la Botella, pero ahora mismo no se me ocurre qué…